El crecimiento africano requiere una mejora urgente de la red logística en el continente. En África del este, los costes de transporte están entre los más altos del mundo, hasta un 50% más altos por kilómetro que en Europa o en Estados Unidos. Además, en países como Rwanda y Burundi, la situación es aún más preocupante, si tenemos en cuenta que pueden alcanzar hasta el 75% del valor de las exportaciones. En efecto, ello se debe a una falta de infraestructuras, tecnología y personal formado en esta área, y ello afecta tanto a las redes de carreteras, como a los medios de pago y a los almacenes.
Además, los periodos de tránsito también
son mucho más elevados. En Europa, un trayecto de unos 1600 km, partiendo por
ejemplo desde Rotterdam a Budapest, podría realizarse en un día. Sin embargo, se
necesitan 18 días aproximadamente para realizar un mismo trayecto de 1600 km entre Mombasa (Kenya) y Rigali (Rwanda). A ello se suman otras muchas
dificultades, como por ejemplo los innumerables y tediosos controles
policiales que deben superar los camiones, así como constantes obstáculos en las carreteras que provocan accidentes y dañan las mercancías.
En efecto, todo ello se
traduce en costes que encarecen bienes de consumo básicos, precisamente en un área
en el que estos precios son inasumibles para la población. El impacto es
enorme, si tenemos en cuenta que los costes logísticos alcanzan el 40% del
precio final que soportan los consumidores en África del Este.
Evidentemente, ello impide
también a las empresas locales competir en los mercados internacionales. Si no
pueden confiar en las redes de aprovisionamiento, tienen que mantener grandes
cantidades de stocks para hacer frente a la incertidumbre, lo cual se
materializa de nuevo en mayores costes.
En esta situación, se ha anunciado recientemente la
construcción del corredor central de África del Este. Se trata de establecer
una nueva red ferroviaria que conecte el Puerto de Dar es Salaam en Tanzania, directamente con las fronteras de Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda y
Uganda, y a partir de ahí, la mercancía sería trasladada a trenes locales para
ser transportada en el interior del país.
Este sistema permitirá que el tiempo
requerido para llegar al destinatario final se reduzca de dos semanas a dos
días. La construcción se iniciará en junio, y una vez completada, se estima que
incrementará enormemente el flujo de transporte en la zona, de 5 millones de
toneladas actualmente a más de 30 millones al año.
Además, contribuirá al
desarrollo de la Comunidad de África del Este, que concibe la conexión
puerto-red ferroviaria como la herramienta para desbloquear el potencial de un
grupo de países ricos en minerales. De hecho, el reciente descubrimiento de nickel
en Burundi ha sido una de las razones que ha impulsado el proyecto. Además, el
corredor central, que costará 14,2 billones USD, contribuirá enormemente al
desarrollo de Tanzania, ya que se estima que los beneficios generados por el
puerto de Dar es Salaam superarán incluso
a los del turismo, y a los de cualquier otra fuente del país.
Conviene apuntar que ya se ha iniciado la construcción del Corredor del Norte que potenciará el tráfico del puerto de Mombasa (Kenia), y con el que el puerto de Dar es Salaam competirá directamente. De hecho, será China la encargada de construir el ferrocarril y la que ha impulsado el desarrollo del proyecto, que conectará Kenia, Uganda, Sudán del Sur y Rwanda, y que facilitará su aprovisionamiento de materias primas desde el continente africano.
FUENTES:
BLANCA CABRÉ SÁNCHEZ, grupo D7
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