¿Cómo hubiera sido el principio
del siglo XXI de no haber sido por el descubrimiento de Internet? ¿Alguien
puede llegar a imaginarse el mundo de hoy en día sin una de las herramientas
que más ha cambiado nuestra vida? Probablemente muchos de nosotros no
concibamos nuestro entorno sin la presencia de dicho instrumento que sin
quererlo nos conecta con personas de todo el mundo. Por ello, me pregunto si
dicha red mundial nos ha beneficiado tanto hasta ahora, ¿por qué no aplicar el
mismo concepto de Internet a otros ámbitos del día a día?
Esta reflexión tiene su origen en
un artículo del periódico El País titulado Una
Internet física para mercancías. Y al igual que yo, mucho os preguntareis a
cómo se puede relacionar la distribución de mercancías con un concepto tan
abstracto como la Red. Lo cierto es que dicha idea ha recogido un gran número
de adeptos en la primera conferencia sobre el tema en la Universidad de Laval
en Québec.
La idea del Internet físico surge de la comparación de la eficacia del
intercambio de información en Internet comparado con la general ineficiencia de
las redes de transporte de mercancías actuales, que concentran más del 15% del
PIB mundial. Como resultado tenemos que los envíos se encarecen un 10%, pero el
problema no sólo es económico sino que también alcanza otros ámbitos como la
indudable mayor emisión de CO2 que amenaza el futuro de nuestro planeta. Para
evitarlo se está desarrollando un sistema de distribución global a imagen y
semejanza de la red de distribución más eficiente del mundo: la Web. Esta idea
se compone de dos conceptos:
- El desarrollo de un contenedor que se realmente universal. Como ya sabemos, en el transporte mundial se está tratando de normalizar las medidas y los sistemas de distribución, dando como resultado contenedores diseñados especialmente para transporte marítimo o aéreo. Sin embargo, el objetivo es crear una unidad de transporte que permita utilizar este contenedor universal en todos los medios de transporte y para todo tipo de mercancías. De esta forma podremos mandar en el mismo contenedor desde unas mandarinas a bisutería bien sea por vía marítima, por carretera o avión sin tener que pensar en el tipo de contenedor a utilizar.
- El segundo objetivo es el de la puesta en común de herramientas y protocolos, un hecho que fomenta la cooperación entre las empresas del sector. La filosofía se basa en que los productos no se encarezcan porque sean transportados en un vehículo medio vacío, si no que se consiga una eficiencia en costes de distribución al igual que en resto de actividades de la empresa. En consecuencia, vemos que las actividades de grupaje se verán incrementadas para hacer más eficientes las operaciones en el ámbito internacional.
Adicionalmente, en un estudio
publicado en la revista Science se
estudiaba el transporte por carretera de 1.000 camiones y se descubrió que tan
sólo el 10% del tiempo se dedicaba al propio transporte de la mercancía. ¿Qué
sucede el resto del tiempo en carretera? ¿No supone un gran sobre-coste para
las empresas? Lo cierto es que hasta el 25% del tiempo el camión se encontraba improductivo,
el 16% transportaba aire, y el 14% se estaba esperando para la carga y descarga
del vehículo. Con la introducción de la nueva red, estos tiempos muertos se
reducirían, beneficiando no sólo al consumidor con precios más competitivos
sino que también al empresario premiándole con mayores márgenes.
Para finalizar, en términos de
Marketing, vemos que se da una relación win-win
en la que todos ganamos bien sea en la obtención de mayores márgenes o en
la reducción de la contaminación. Sin duda parece que el Internet Físico es un proyecto muy innovador y que reportará
grandes beneficios a la sociedad en general. Así, vemos que en el ámbito de la
logística y el transporte aún queda un largo recorrido de desarrollo a nivel
mundial.
Daniel Rueda Salvador – Grupo D7
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